Ser jugadora profesional siendo mujer
- Basket Dreamer
- 21 mar 2020
- 3 Min. de lectura
Tuve la suerte y me siento afortunada de que en mi país apostaron por primera vez por un grupo de niñas para el seleccionado nacional de baloncesto. Y esto no se hacía normalmente con chicas. Mi generación, demostró que las chicas podíamos lograr lo que nos propusiéramos si apostaban por nosotras, y así lo hicimos, conseguimos grandes cosas. Actualmente, si comparamos algunos de los logros del baloncesto femenino vemos que superan a los del baloncesto masculino en Paraguay. Pero en realidad aquí no se trata de comparar ni de discutir por quién tiene mas atención. Se trata de ofrecer una atención por igual, porque el baloncesto actualmente tiene dos ramas, la femenina y la masculina, cuando hablamos de baloncesto ahora ya no solo pensamos en chicos, las chicas nos hemos ganado un sitio. El baloncesto no debe entender de géneros.
Donde sentimos una tremenda discriminación es en los salarios. Las diferencias salariales que hay entre un jugador profesional y una jugadora profesional son muy injustas. Esto hace que muchas jugadoras acaben dejando el deporte profesional y pasen a dedicarse a otros trabajos, porque vivir del baloncesto no compensa, y da mucha tristeza, porque si tuviéramos las mismas facilidades, las mismas condiciones que los hombres, estaríamos hablando de otra realidad. Pero aún así, las chicas demuestran con creces que aun teniendo condiciones muy malas, siempre obtienen buenos resultados.
Está costando mucho cambiar esta realidad y además hay poco interés en apoyar deporte femenino. Que si a nadie le interesa, que no es rentable, no vende o no entretiene... son muchas de las cosas que escuchamos a diario. Por favor, no nos digan que no entretenemos o no vendemos. Dedicamos tantas o más horas que las que dedican los hombres, nos entregamos de igual manera que lo hacen ellos, nos dejamos la piel entrenando. Y aquí nadie reconoce eso, aquí sólo esuchamos que esto no entretiene o no vende. Ayúdennos a crecer, apostar por nosotras, y luego hablaremos de si vendemos, entretenemos o no.
Creo que aún estamos en los cimientos del deporte femenino profesional, los hombres nos llevan unos 50 años de diferencia en cuanto a esto. Las condiciones para nosotras son deprorables, y tenemos que trabajar para que esto cambie, para que nos ofrezcan las mismas condicionces. Es realmente frustrante ver como en un club donde hay un equipo profesional de chicos y otro de chicas, el equipo de chicos disfruta de todos los servicios necesarios, fisioterapeuta, mejores desplazamientos, pisos individuales, coches, contratos de trabajo con seguridad social y cotizando a jornada completa, y por supuesto un sueldo mucho mayor.
Actualmente estoy jugando en un equipo de Liga Femenina 2, el Magec Tías de Lanzarote. La realidad es la que es, y es cierto que por parte de las instituciones reciben pocas ayudas, un club con posibilidades limitadas, pero con una gran ilusión que es la de aportar su granito de arena para que el baloncesto femenino tenga el impacto que merece. Por eso nuestro lema es el ''Contra la violencia de género'', y me gusta decir que desde el club se hace una apuesta por nosotras. Con iniciativas como la que hicieron en el mes de febrero, ofreciendo una mesa coloquio con varias personalidades que impulsan el deporte femenino. Hablando o exigiendo desde las redes o los medios creo que solo conseguimos llegar a que nos escuchen, creo que debemos actuar, llevar a cabo acciones para decir que aquí estamos, que hemos venido para exigir unos sueldos y unas condicionces justas, porque es justo lo que nos merecemos, ni más ni menos.

C. Aponte López.
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